La conocí un día cualquiera, en el instituto, me acuerdo perfectamente, a pesar de haber pasado tanto tiempo. Estábamos en el recreo, ella según tengo entendido, por esos tiempos era nueva. No era de mi clase, de hecho, ni si quiera era de ninguna clase. Era, y es, una profesora. Me acerqué para conocerla, hablando con ella descubrí que era una persona genial, guapísima, maravillosamente simpática y así es. Han pasado varios años... Muchos, y se ha convertido en una de las personas más importantes en mi vida. Igual que a mis mejores amigas, Nadia, Tatiana, Verónica... Son geniales, saben mogollón de cosas sobre mi y aún así, me quieren igual que yo a ellas. Soy feliz, sí, estoy en un instituto maravilloso, en el que los profesores son muy simpáticos, tengo a mis amigas, que son las mejores y saco unas notas estupendas, me encanta estudiar y aprender nuevas cosas. Mi familia... Bueno, ¿qué puedo decir de ella? Se preocupan por mi, yo por ellos, no tengo padre, ni lo necesito, mi madre me da todo lo que me es necesario... Y lo que quiero.
Bien, creo que después de esto, es la hora de presentarme. Me llamo Dafne, tengo 16 años, cumplo los 17 el 12 de Diciembre, igual que ella, Mónica. Sí, sí, es la profesora, la que hablé al principio. Me hace mucha ilu.
Soy bisexual, y creo que estoy pillada por alguien. Tal vez una persona, no indicada. Mis amigas lo saben, y saben de quién, menos esa persona. Me encuentro ante un problema increíble. No sé qué hacer. Todo a mi al rededor me dice que luche por esa persona, pero, es difícil.
De camino al aula de música... Estaba hablando con Nadia, ella está pasando algo parecido a lo mío. Está pillada por un chico de una clase superior, de 2º de Bachiller, según ella guapísimo, pero también según ella, algo imposible... Bueno, en fin...
-Tienes que ir a por él tía...
- No, no está por mi, no puedo hacer nada para conseguirlo. Además tendrá novia.
- ¿Y tú qué sabes?
- Es de lógica, Dafne...
-Bueno... Pero deja de rallarte, ¿vale?
- De acuerdo
De repente, la veo, ahí estaba Mónica, en las escaleras, hablando con... ¿Una alumna? No lo sé, pero sólo podía verla a ella.
- ¡Hola Móni!
-Hola
Me sonrió, qué feliz me siento. La hice una especie de caricia más o menos por la cintura. Qué feliz, la he visto y está ella también feliz y me sonrió.
- Mm... Mira, ahí está Mónica.
- Sí... - La contesté a Nadia mientras miraba anonadada a Mónica y bajaba las escaleras de camino al aula de música
- Está ahí tan guapa...
- Serás cabrona ¬.¬
-Jaja, pero, ¿Acaso no es lo que estás pensando?
- Sí... Por supuesto que sí. Es guapísima.
- Pues eso, jeje. Anda vamos, loca.
Sí, en efecto, aquélla persona especial, es Mónica, la profesora. Parecerá extraño, incluso a mi me lo parece, pero, muchas personas me dicen, nada es imposible y como me dijo otro profesor (que no sabe nada de esto, pero fue una conversación a parte): ''El amor es ciego y para eso está la ONCE, si no te gusta ningún chico, enamórate de una chica''.